Qué hacer
En todo viaje a Praga no puede faltar un paseo por el Puente de Carlos de noche: las luces de los barcos, las estatuas fantasmales y el Palacio Real a lo lejos brindan un espectáculo que corta la respiración. Tampoco puedes perderte un recorrido en barco por el río Moldava para admirar la ciudad desde una perspectiva diferente.
Staré Mesto, o la Ciudad Vieja, es el centro histórico de Praga y constituye la parte más turística y animada de la ciudad. La Plaza de la Ciudad Vieja es, desde siempre, el lugar donde se concentra la vida de la ciudad. En ella se encuentra el Ayuntamiento en cuya torre destaca el Reloj Astronómico, el reloj medieval más famoso del mundo. El monumento más famoso de Praga es el Puente de Carlos, que comunica Stare Mesto con Mala Strana. Este barrio conserva estupendamente la mayor parte de construcciones históricas. En la plaza de Mala Strana, tienes que visitar la Iglesia de San Nicolás. Desde lo alto, disfrutarás de unas estupendas vistas.
El Castillo de Praga es la mayor fortaleza medieval del mundo. Dentro, encontrarás la Catedral de San Vito. En el interior del castillo, se encuentra el Callejón de Oro que es una calle corta y estrecha que debe su nombre a los orfebres que la habitaron tiempo atrás. En esta calle vivió Kafka.
En el barrio judío, Josefov, se puede hacer un recorrido por sus seis sinagogas.
La cima del Monte Petrin es el lugar perfecto para admirar Praga en toda su inmensidad y esplendor. El tranvía es la mejor manera de llegar.